“La Casa de Toño”, conocido por su popularidad en la escena gastronómica mexicana, se encuentra en el epicentro de un escándalo después de que un mesero, en una entrevista con el influencer Gusgri, expusiera prácticas controvertidas llevadas a cabo dentro del establecimiento.
Durante la conversación, el mesero reveló uno de los secretos mejor guardados: la reutilización de pozole dejado por comensales en sus platos, devolviéndolo a la olla para ser servido a nuevos clientes. Esta impactante revelación ha causado indignación y controversia en redes sociales.
“El mismo pozole que pide la gente, porque a veces son platos grandes y el niño no se lo come o alguien se llenó, pues se recicla”, expresó el mesero, añadiendo que algunos compañeros de trabajo se abstienen de consumir la comida del restaurante por esta razón.
Estos señalamientos no son los únicos incidentes reportados. En septiembre pasado, otro exempleado detalló las duras condiciones laborales en “La Casa de Toño”. A pesar de un aparente salario mensual de 12 mil pesos, se informó sobre jornadas laborales extenuantes de hasta 12 horas diarias sin pausas para comer o descansar. Se alega que el personal es presionado para retomar sus labores inmediatamente después de terminar sus alimentos.
Además, se confirmó una denuncia previa sobre la alteración de los uniformes de los empleados, específicamente la costura de las bolsas de los pantalones y mandiles, posiblemente para prevenir el robo de propinas, las cuales se reparten entre todos los meseros al final del día.
Estas prácticas han generado una ola de indignación en redes sociales, donde los usuarios exigen una investigación exhaustiva a “La Casa de Toño” para asegurar un entorno laboral justo y condiciones de higiene y calidad en sus servicios gastronómicos.