La banda mexicana reafirma su postura contestataria en pleno concierto, mientras el hijo del expresidente López Obrador los tacha de “desubicados y convenencieros”.
En 1997, la banda mexicana Molotov lanzó “Gimme the Power”, una canción que se consolidó como himno de protesta contra la corrupción, la impunidad y el abuso de poder en México. Con su mezcla de rock y rap, el grupo se convirtió en un símbolo de rebeldía para una generación cansada de la censura y la desigualdad.
Casi tres décadas después, Molotov volvió a encender la conversación política. Durante su reciente presentación en el Palacio de los Deportes, la agrupación aprovechó el escenario para lanzar críticas al actual gobierno y deslindarse de la llamada Cuarta Transformación, movimiento encabezado por el partido Morena.
En videos difundidos en redes sociales, se escucha a los integrantes declarar que “no están alineados con la 4T”, y culpar al expresidente Andrés Manuel López Obrador de la división del país, cerrando su mensaje con una “mentada” simbólica dirigida al poder, fiel a su estilo irreverente.
Las declaraciones provocaron una rápida reacción de José Ramón López Beltrán, hijo del exmandatario, quien respondió desde sus redes sociales calificando a los músicos como “desubicados y convenencieros”.
“De flojera los críticos desubicados y convenencieros. La verdad, hace rato que los de Molotov dejaron de ser relevantes. Nuestro pueblo hoy está mejor que nunca y muy feliz con la 4T de la vida pública de México”, escribió López Beltrán.
El mensaje generó una ola de respuestas divididas entre usuarios que respaldaron a Molotov y quienes defendieron al hijo del exmandatario.
Algunos internautas ironizaron: “Y si son irrelevantes, ¿por qué se ofenden entonces?”, mientras otros cuestionaron la frase “estamos mejor que nunca”, señalando que el país vive una realidad distinta. “Es increíble la desconexión con la realidad; claro, cuando la 4T sacó a la gente de la pobreza, se referían a ustedes mismos”, escribió un usuario.
La confrontación reabrió el debate sobre el rol del arte como vehículo de crítica social, recordando que, casi treinta años después, Molotov sigue desafiando al poder con la misma irreverencia que los llevó a marcar la historia del rock mexicano.
			
			



