El delantero rojiblanco erró la oportunidad decisiva que habría llevado al Rebaño a Semifinales; su regreso apunta a terminar en fracaso.
La noche que pudo haber sido histórica para Chivas terminó convirtiéndose en un episodio doloroso, marcado por el penal fallado de Javier Hernández, quien cargó con la responsabilidad en los minutos finales del duelo que definía el pase a Semifinales del Apertura 2025. La nostalgia por la figura del delantero pesó más que el análisis futbolístico del momento, y el resultado fue catastrófico.
Al minuto 75, el atacante regresó al campo como el “hijo pródigo” rojiblanco. Su ingreso fue discreto, sin el ritmo ni la chispa necesaria para cambiar el rumbo del partido. Diez minutos después llegó la jugada que definió la noche: un penal a favor del Rebaño. Aunque había al menos tres cobradores naturales con mejor actualidad, Alan Pulido decidió cederle el balón a Hernández, un gesto que reconoció la jerarquía y el peso del veterano en el vestidor.
La apuesta resultó ser la peor decisión del encuentro. Con apenas 113 minutos disputados en el torneo y solo cinco partidos jugados, Hernández tomó el balón y realizó una serie de toques que pretendían proyectar confianza, aunque su ejecución fue errática. Finalmente, con una postura altiva y un respiro profundo, ejecutó un disparo que salió muy por encima del arco, desatando la frustración de la afición y consumando la eliminación de Chivas del torneo.
En los pies del delantero estuvo la clasificación, pero también la evidencia de un regreso que no cumplió con las expectativas. Versiones cercanas al club apuntan a que Javier Hernández no continuará con Guadalajara después de este fracaso deportivo, cerrando así un ciclo que prometía gloria y terminó envuelto en decepción.




